Pleitos polémicos para un destino sin retorno.
La Mona Lisa austriaca reside, hoy, en el Upper East Side de Nueva York. Ni Gustav Klimt, tan lascivo como bizantino, ni Adele, tan pudorosa como bella, imaginaban que el destino final de uno de los retratos encargados al pintor pelirrojo por Ferdinand Bloch-Bauer, el amante esposo de la mecenas austriaca, sería la pieza estrella de la Neue Gallery.
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Autora del artículo: Cruz Sánchez de Lara Sorzano.
